CURSO: Hacia una Filósofia Política Crítica

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Enrique Dussel, Filósofo

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sábado, 9 de julio de 2011

Nuestra Declaración de Independencia
5 de Julio de 1811.

Por: Gil Ricardo Salamé

Quiero dedicar muy especialmente la narración de este épico pedazo de nuestra Historia Patria al comandante presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, quien ha librado más de una batalla por nuestra independencia política y económica
Mucho se ha hablado últimamente de nuestro primer grito de independencia y se ha puesto como tal el 19 de abril de 1810, cuando en esa fecha fue obligado a dimitir el gobernador
Vicente Emparan y se formó una junta independiente de gobierno pero que apoyaba al monarca español Fernando VII y todavía el 5 de julio de 1811 en la Asamblea Constituyente que se reunió ese día, había un grupo de españoles realista que apoyaban a su rey. Pero antes de entrar en el tema de la declaración de nuestra independencia veamos quiénes fueron nuestros forjadores de la independencia. Como reza la  Historia de Venezuela del hermano Lasallista Nectario María que aprendimos cuando niños, los primeros que lucharon por nuestra independencia fueron el cacique Guacaipuro década de 1560, José Leonardo Chirinos, zambo esclavo de los Chirinos (1754 -1796) quien se reveló el 10 de mayo de 1795, Manuel Gual y José María España cuya conspiración tuvo lugar a mediados del año 1797 y terminó el 8 de mayo de 1799. Esta revuelta es considerada por los historiadores la más organizada que se tuvo antes de la llegada del 19 de abril de 1810, en dicha revuelta se quería derrotar a los representantes de la monarquía española y establecer una república la cual establecía la igualdad para sus habitantes independientemente de su raza o religión. El Derecho del hombre y de los ciudadanos fue el mejor documento emanado de esa conspiración contra la monarquía española, tenía varias máximas republicanas y un discurso dedicado a los americanos.  El movimiento fue develado, los españoles reaccionaron y buscaron por todas partes a quienes conspiraban contra ellos, pusieron a muchos conspiradores presos, le pusieron precio a las cabezas de Manuel Gual y de José María España, quienes huyeron a las Antillas. España después de haber estado en varias islas del Caribe, entre ellas Curazao, Guadalupe, Martinica, San Thomas y Trinidad decidió regresar a su patria, desembarcando en la Guaira pero fue traicionado por un sirviente suyo, fue hecho preso por los españoles y fusilado en la Plaza Mayor, hoy Plaza Bolívar. Por su parte Gual permaneció en Trinidad, desde allí tuvo comunicación con el General Francisco de Miranda, veamos el párrafo de una carta que le escribió Miranda en 1799, que aparece en www. francisco de miranda. Imfo/es/documentos/cartagua,htm
      “Acerca del Gobernador de Trinidad debo prevenir a Vm. que yo le he creído un hombre amigo y favorable a nuestra independencia, hasta de poco tiempo a esta parte que su conducta me ha hecho suspender el juicio; y así convendría que se condujese V. con precaución y reserva con este personaje. Si acaso quiere vejar a V. o tratarle mal (como lo hizo con nuestro comisario Don P. Caro) procure V. irse a los E.U. de América y preséntese allí en mi nombre al General Hamilton, que es el segundo Comandante General del Ejército Americano, y dará a V. sin duda acogida honrosa. Puede V. también abrirse enteramente con él, pues es acaso el más fiel amigo que tiene nuestra Libertad e Independencia en todo el mundo. Sin embargo, no conviene precipitar nada en este crítico momento, y V. haga por aguardar hasta que reciba mis noticias posteriores.”
Gual permaneció en Trinidad, había querido invadir a Venezuela conjuntamente con Miranda, no lo pudo hacer y murió envenenado por un espía en 1800
La conspiración contra el dominio español no cesó, continuas reuniones secretas se efectuaron donde se reunían civiles y militares para elaborar planes pero la independencia de Venezuela. Así llegamos al 19 de abril de 1810, el mal llamado “Primer Grito de la Independencia” no obstante, a pesar de haber hecho renunciar a Vicente Emparan,  ese día no se gritó independencia. Esa revuelta se hizo para desconocer a la monarquía francesa y continuar apoyando a Fernando VII, se logró con la renuncia del Gobernador  formar un gobierno propio que fue la base para posteriormente declararnos independientes de España un año y casi tres meses después, el 5 de julio de 1811.
Demos una mirada a España y contemplemos lo que allí sucedía, en España, los problemas europeos obligaron a Napoleón abandonar España (17 de enero de 1809) sin haberla realmente conquistado. “Sus errores en España tanto en la dispersión de fuerzas para ocupar todas las provincias como los políticos le iban a costar caro a Napoleón, fue derrotado finalmente en 1815.” Como podemos leer en la página 274 de la Historia de España volumen VII – Centralismo, Ilustración y Agonía del Antiguo Régimen (1715 -1833) Emiliano Fernández de Pinedo, Alberto Gil Novales y Albert Dérozier.  Editorial Labor S.A. Segunda Edición Madrid 1981.      
Los principales actores de nuestra Declaración de Independencia el 5 de julio de 1811 fueron nada menos que el Generalísimo Francisco de Miranda y Simón Bolívar. Miranda en 1810 había editado el periódico El Colombiano. Simón Bolívar, Andrés Bello y Luis López Méndez fueron como comisionados a Londres ante el Gobierno Inglés. Allí Miranda los atiendió, prestándole su valiosa colaboración.  A Miranda lo había buscado Bolívar  en Londres para que viniese para ayudarlo en la campaña por la independencia de Venezuela,  se había retirado a esa ciudad después de su frustrada empresa de 1806  y allí se encontró con la comisión venezolana que pasó a gestionar el auxilio de Inglaterra en pro de la revolución. Como quiera que esa comisión sólo consiguiera del gobierno británico buenas palabras y consejos de reconciliación con España, pero ninguna promesa de apoyo material, se conoció que Venezuela no podía contar sino consigo misma y que los sublevados necesitaba a un jefe experto de prestigio y de valor probado. Miranda era el que reunía esas condiciones, por lo cual Bolívar conversó con él y se lo trajo a Venezuela   y  Miranda creyó que había llegado el momento de cumplir su sueño, de libertar a Venezuela.  
El Generalísimo actuó en la sociedad Patriótica. Asistió al primer Congreso Constituyente de la República como Diputado por el Pao, de Barcelona, en la Asamblea Constituyente. En efecto, el 2 de marzo de 1811 se reunió la Asamblea en Caracas. Las elecciones se habían hecho con toda tranquilidad en las provincias que reconocían la autoridad de la junta  resultando elegidos cuarenta y cuatro diputados, con el nombre de Provincia Unidas de Venezuela para sostener los derechos de Fernando VII y para que gobernarse sin estar sometidos a las autoridades existentes en España. Los diputados estaban fraccionados entre los partidos republicanos y realistas. Eran americanos y españoles, por lo cual no reinaba entre ellos la unidad. Aquí podemos notar claramente que todavía el 5 de julio de 1811 existían personas que reconocían a Fernando VII como su monarca. 
Lo primero que se hizo ese día fue nombrar un triunvirato que se constituyera en la Junta Gobernativa y se encargara del poder ejecutivo, fueron electos Baltasar Padrón, Cristóbal Mendoza, y  Juan Escalona, abogados los dos primeros y coronel de la milicia el tercero.
No pasó mucho tiempo sin que el congreso, tuviera que luchar con la presión de algunos de sus miembros de más acaloradas tendencias.
A los fogosos discursos que se pronunciaban en dicha sociedad, de la que fue nombrado presidente el general Miranda, se le unió la prensa que contando con una gran libertad apoyó el esfuerzo de oradores populares, así como la propaganda ejercida por medio de la palabra o de la pluma por varios extranjeros que, al tener noticias de la revolución del 19 de abril, acudieron a Venezuela a pescar en río revuelto.
Cita José Coreleu, en la página 19 de su libro América Historia de su Colonización Dominación e Independencia, “No se necesitaban ser muy perspicaces los españoles defensores sinceros de los derechos de Fernando VII y los americanos con sus ideas simpatizaban para comprender que por tal camino la revolución llegaría a sus últimos extremos.”
Los revolucionarios pensaron que no existía acomodo alguno, con los que consideraban eran sus enemigos, y no les quedaba otro remedio sino perder todo lo adquirido volviéndose a someter incondicionalmente al gobierno español o llevar adelante la revolución arrastrando todas sus consecuencia y peligros. Optaron por lo último y procuraron fomentar la excitación en la capital. La Sociedad Patriótica extremó sus predicaciones que pretendía aumentar el descontento causado por las vacilaciones del Congreso entretenido en discutir una Constitución, cuyo debate llevaba ya más de cuatro meses a causa de las divergencias de opinión de los diputados; y por fin el 5 de julio, una considerable muchedumbre invadió el local de la Asamblea y ocupando las galerías y las tribunas.
Aquel día se iba a discutir uno de los artículos en que se proponía la independencia de Venezuela, y las masas populares acudieron a la sesión con el objeto de influir con su presencia el resultado del debate y resultó que en aquella misma asamblea se votó por la Independencia de Venezuela. Se le encargó a Germán Roscio y a Francisco Isnardi su elaboración, fue aprobada el día 7 por todos los diputados, con la sola excepción del padre Manuel Maya, diputado de la Grita. Poco a poco la fueron firmando los representantes, hasta que el 16 de agosto estamparon la última firma. El Acta de la Independencia en uno de sus párrafos dice, …”que su providencia nos restituye el deseo de vivir y morir libres” Más adelante podemos leer, “nosotros, pues, a nombre y con voluntad y autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela,   declaramos solemnemente al mundo que sus Provincias Unidas que son y deben ser desde hoy de hecho y derecho Estados Unidos soberanos e independientes, y que están absueltos de toda sumisión y dependencia de la corona de España, pudiendo como tales darse la forma de gobierno más conforme a la voluntad general.” 
El Acta de la Independencia que en nombre de Dios todo poderoso  se firmó, lo hicieron  los representantes de siete provincias, a saber: Caracas, Cumaná, Barinas, Margarita, Barcelona, Mérida y Trujillo que formaban la Confederación americana de Venezuela en continente  meridional, reunidos en congreso. De allí nació nuestra bandera con siete estrellas que fue aprobada el 12 de mayo de 1817, posteriormente al aumentarse el número de provincias a nuestra patria  con la inclusión de Guayana, el Libertador Simón Bolívar  decretó el 20 de noviembre de ese mismo año 1817 que se añadiera la octava estrella a la bandera nacional, cosa que nunca se cumplió hasta que la Asamblea Nacional del gobierno revolucionario del presidente Chávez aprobó el 9 de marzo de 2006 su inclusión.  
(*) Economista e  historiador 
  gilrsalame@yahoo.com 

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