Así lo afirmó este jueves el Embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Roy Chaderton, quien le hizo la invitación para que opine sobre un país muy influyente "donde el jefe de Estado designa a los jueces de la Corte Suprema de Justicia según su identidad con las políticas del Gobierno y los presenta ante un Parlamento donde el debate generalmente alcanza niveles políticos feroces".
Prosiguió el Embajador: "Mientras estas irregularidades señor Presidente, no sean superadas, la CIDH no será bienvenida en Venezuela".
"El fin de toda esta historia, es que al desprestigiarse la CIDH ésta se debilita y pierde credibilidad para su misión. Y al perder credibilidad quienes terminan perdiendo son las víctimas de las violaciones que ocurren y pueden ocurrir en cualquiera de las democracias de nuestro continente", concluyó Roy Chaderton.
A su juicio, la CIDH experimenta una ''situación de acromegalia institucional'', pues no presta la debida atención a los asuntos que realmente la ameritan, sino a los que se apegan más a sus intereses.
Afirmó que Venezuela ''puede mostrar un rostro digno por todos los avances en relación con derechos humanos'', pues ahora se le presta atención a los niños, ancianos y la familia, hay acceso a la educación y se incluye a los excluidos, entre otras cosas.
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